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LOS MUNDOS SÓLO EXISTEN EN NUESTRA CABEZA

Eusebio Garcia Coronado • 11 de agosto de 2021

Los Mundos sólo existen en nuestra cabeza

           Todos tus sentidos son limitados, por lo tanto tu percepción de la Realidad está forzosamente limitada a una pequeña parte de una Realidad más amplia, profunda e inabarcable, que podríamos denominar Realidad Absoluta. Ésta sería percibida por la infinitud de los seres creados de modo diferente, cada uno según su nivel de conciencia y capacidad de percepción, conformando su propia visión limitada de la Realidad Absoluta que es lo que constituye la Realidad relativa, propia e inseparable de cada ser.
            Por lo tanto, podrías pensar que nos encontramos con dos Realidades bien diferenciadas: El mundo visible y el invisible, el mundo de Maya (el sueño y la ilusión colectiva) y el mundo real, la Realidad relativa y la Realidad Absoluta. Sin embargo se trata más bien de la misma Realidad, ya que la primera siempre está contenida en la segunda, o mejor dicho es una parte integrante de ella. La forma con que los seres creados perciben al Creador.
            Esta afirmación contradice a todas las teorías que califican a nuestro mundo de sueño e ilusión, como si no fuera parte de la Realidad, pero si se tiene en cuenta que la Realidad Absoluta contiene e integra a todas las Realidades relativas, resulta que la plenitud de la Realidad solo se alcanza en los mundos correspondientes a esta última, mientras que el resto de Realidades relativas serían siempre parciales e incompletas. Algo parecido o “semejante” a la Realidad Absoluta pero que no termina de serlo, por lo que bien podemos denominarlo “sueño o ilusión” de la Realidad.
            Como hemos visto la Realidad relativa depende de la capacidad o nivel de percepción, y siendo éste muy diferente en cada sujeto que percibe, se puede concluir con que cada uno vive una Realidad relativa diferente. Existen por consiguiente tantas Realidades relativas como perceptores, o dicho de otra forma, cada ser vive una Realidad relativa multidimensional, diferente y exclusiva, que es parte integrante de la Realidad Absoluta que la contiene.
   
            Así pues, y por extraño que te pueda parecer, no todas las personas vivimos en el mismo mundo, sino en mundos diferentes en el seno de la Realidad Absoluta. De igual forma cada animal, vegetal o mineral vive en su propia Realidad relativa diferente y exclusiva para él, que depende de su capacidad de percepción sensorial. Aquí tendríamos que decir que la percepción extrasensorial no existe, es un eufemismo que se emplea para referirse a la percepción de mundos y dimensiones que se desconocen, por medio de sentidos y sensaciones que no se comprenden.
            Más aún. No existen los mundos como lugares concretos en las diferentes dimensiones de la Realidad, para el desenvolvimiento y evolución de los seres creados, ya que solo existen en función de las conciencias que los perciben. Así, lo que llamamos mundos no son sino la suma de las Realidades relativas semejantes de los individuos que conforman un grupo, una especie o una sociedad. O mejor dicho, los individuos con Realidades relativas semejantes son los que conforman un mundo contenido en la Realidad Absoluta, y dan lugar a una especie evolutiva o un grupo determinado dentro de la misma especie.
            La percepción del tiempo y el espacio van ligados al nivel de conciencia de los seres, y son los que en última instancia conforman la visión que se tiene de la Realidad. Así la forma que tenemos los seres humanos de percibir el tiempo y el espacio, nos hace ver la Realidad Absoluta de una forma limitada que toma la apariencia de nuestro mundo físico, lineal y tridimensional. Pero es sólo una apariencia, una forma de ver las cosas que no son la Realidad misma, donde el espacio y el tiempo no existen como nosotros lo percibimos, donde todo está contenido en todo y se encuentra a la vez en todas partes y en ninguna.  
10 de agosto de 2021
Nikola Tesla creía firmemente en la existencia del éter (el quinto elemento), como el medio por el que se podían transmitir las ondas electromagnéticas, sin necesidad de cables ni otra materia visible. Sus variados experimentos con la electricidad, la radio y el control remoto, así se lo confirmaban. Sin embargo nunca obtuvo una explicación racional de la naturaleza profunda de éste elemento, de su funcionamiento y cualidades, a pesar de que fue calificado de Mago y frecuentó teósofos y espiritistas. Algo, por otra parte, muy común en aquella época y lugar (New York, 1890-1943). Para ellos se trata del Pater Aether Akasha, según las diferentes tradiciones universales (griegas, hindúes, budistas, etc), y se refieren fundamentalmente a un espacio superior o cielo donde habitan los dioses, mientras que el espacio inferior es donde nosotros vivimos. Para los teósofos es el Padre Espacio, donde todos vivimos, existimos y tenemos nuestro ser. Para nosotros el éter es simplemente el espacio. Pero un espacio diferente al que solemos pensar. Normalmente se supone que un punto del espacio sólo puede ocuparse por un punto de materia y que otro punto desplazaría al anterior. Pero éste concepto, asentado fuertemente en nuestra conciencia y nuestro modo de ver las cosas, tanto por el vulgo como por los más eminentes científicos actuales, es radicalmente falso. El espacio es en realidad un contenedor de espacios, y en cada uno de sus puntos, las diferentes dimensiones que conforman la creación, cada una en su vibración (sonido, palabra, verbo), coexisten según un principio integrado similar a los fractales. Es un hiperespacio. No existe el espacio vacío. Si hacemos el vacío total en una probeta de ensayo, lo que queda es el éter clásico, el quinto elemento, del que habremos extraido la materia de la 3ª dimensión, pero donde aún existen las materias sutilísimas de las dimensiones superiores, aún no descubiertas por la ciencia y que denominan energía oscura, materia oscura, etc., en cantidad muy superior a la materia visible. El espacio no es la nada. Es el soporte necesario para que la materia se manifieste según su grado evolutivo y su vibración. Es decir, el éter. Para los científicos el éter no existe, porque aún no lo han encontrado. Yo diría que sí, sólo que aún no tienen la capacidad ni la conciencia necesaria para verlo, por eso no descubren las dimensiones, ni las otras energías, ni los universos paralelos que no son paralelos, sino integrados. Para el desarrollo de una nueva física dimensional y de una nueva conciencia evolutiva, es necesario, urgente, imprescindible, estudiar a fondo la teoría hiperespacial.
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